En lo que a conocimientos botánicos se refiere, me considero bastante analfabeta. Crecí en una gran ciudad y no tenía un pueblo al que ir a pasar aquellos largos veranos de tres meses, ni una abuela que me aplicara ungüentos o me administrara remedios hechos en casa.
Así que, cuando salgo al campo, exceptuando ciertos árboles, algunas plantas y los consabidos romero y tomillo – vamos, lo que se dice cuatro cosas de cultura general- miro a las flores y las veo como un bello ornamento del paisaje, pero poco más.
Y es una pena, porque los campos y los bordes de los caminos están llenos de plantas con multitud de propiedades beneficiosas, las cuales no solamente sirvieron de base a la farmacopea antigua sino que siguen utilizándose, hoy en día, en las fórmulas de muchos medicamentos.
Por eso, además de pensando en el verano y preparando jabones de zanahoria – en breve me pondré con el de arena de playa- , he comenzado este nuevo año inscribiéndome en un curso de » Extractos vegetales aplicados a la cosmética «, organizado por Jabón y Vida e impartido por Patricia , una mujer a la que admiro y envidio por sus conocimientos, casi enciclopédicos, sobre jabones, cremas, principios activos y un sinfín de cosas más.
Asistir a este curso no ha hecho que mis conocimientos botánicos cambien de la noche a la mañana pero, gracias a todo lo aprendido, cuando esta primavera salga al campo y vea una margarita, ya no la miraré pensando en lo bonita que es sino en las extraordinarias propiedades que podría aportar a una crema facial o a una loción reafirmante.
Pero la entrada de hoy no va de margaritas – que me disipo-, trata sobre el Hipérico o Hierba de San Juan, una planta muy apreciada desde la antigüedad por las múltiples propiedades medicinales que tiene.

El hipérico es originario de las regiones templadas de Europa, de Asia occidental y del Norte de África. Prefiere terrenos calcáreos y rocosos expuestos al sol ( a una altitud máxima de 2000 metros). Puedes encontrarlo en terrenos baldíos, matorrales, praderas, zonas boscosas y en los márgenes de los caminos. foto: http://www.herbalhealthinformation.com/
Y es que, tomado por vía oral , ya sea en forma de comprimidos o en infusión tradicional, el hipérico tiene propiedades antiinflamatorias, antiespasmódicas, antivirales y antidepresivas, reduciendo la agresividad y mostrando efectos beneficiosos sobre el sueño. Algunas investigaciones sugieren que también es eficaz para paliar los síntomas de la menopausia.
Los estudios disponibles son bastante contundentes: los preparados a base de sumidad florida de Hipérico tiene, en el tratamiento de las depresiones moderadas, una efectividad comparable a la de los antidepresivos más utilizados, con la ventaja de que presentan menos efectos adversos . Su uso se ha generalizado hasta el punto de superar, en algunos países, las cifras de ventas de los antidepresivos .
Sin embargo, aunque se trata de un remedio natural, puede disminuir la acción terapeútica de otros fármacos (ciclosporina, digoxina, contraceptivos orales, warfarina…) por tanto quien tome medicamentos de forma habitual no debería consumirlo sin consultar a un médico.
Pero centrémonos en sus propiedades sobre la piel.
El hipérico es rico en hipericina y taninos los cuales, a su vez, tienen propiedades cicatrizantes, antisépticas, antibacterianas, antiinflamatorias y astringentes. Es por ello que el aceite te será útil en los siguientes casos :
- Quemaduras: En especial las solares , debido a que inhibe la inflamación, calma el picor y la sensación de calor. Aplicar por todo el cuerpo después de la exposición solar .
- Heridas, arañazos, cicatrices y rozaduras: Aplicando 2 ó 3 veces al día en la zona inflamada.
- Llagas, úlceras y como prevención de escaras en personas encamadas.
- Dermatitis atópica, psoriasis, eccema, dermatitis del pañal, Acné.
- Contusiones y golpes.
- Problemas musculares, tendinitis, torceduras, distensiones ligamentosas, etc.
- Problemas articulares, inflamaciones.
- Picaduras de insectos.
Las únicas precauciones que debes tomar es la de no exponer la zona tratada al sol puesto que uno de sus componentes, la hipericina, puede producir fotosensibilidad.
¿Cómo preparar un aceite de Hipérico?
Ingredientes
La mayoría de extractos oleosos se preparan a partir de planta seca. Esto es así por dos motivos principales: ocupa menos volumen que la planta fresca y , al no contener agua, el riesgo de que el preparado se corrompa es menor.
Sin embargo, el aceite de hipérico es la excepción que confirma la regla, por tanto , si quieres elaborarlo en casa, tendrás que recolectar las flores frescas.
El período de floración de esta planta es desde mayo hasta agosto, aunque la mayor concentración de componentes se produce a mediados de Junio, por eso existe la tradición de recoger la planta la madrugada de San Juan. Conviene recolectarla con tiempo soleado, en zonas libres de fumigaciones y con poca contaminación.

foto : http://www.florasilvestre.es
¿ Cómo reconocer el Hipérico?
Hay dos cosas muy significativas que te ayudarán:
– Sus hojas están perforadas con agujeros muy pequeños, de ahí su nombre científico «Hipericus perforatum»
– Si frotas una de sus flores entre los dedos estos se teñirán de color rojizo.
Para la elaboración del aceite solo debes utilizar las sumidades floridas o, dicho en otras palabras, la flor y un poco del tallo adyacente a ella.
¿ Qué aceite usar?
Habitualmente, los extractos oleosos -especialmente los elaborados por la industria- suelen hacerse en aceite de girasol porque, además de económico, es un aceite con un buen potencial extractivo. Pero el de Hipérico es una excepción y debes prepararlo con aceite de oliva virgen. Así lleva haciéndose durante los últimos 2000 años.
¿En qué cantidades?
La proporción planta-solvente es de 1:10, es decir, para hacer 1 litro de oleato de Hipérico necesitarás 100 gr. de planta.
Procedimiento
Pon las flores en un tarro de boca ancha y añade el aceite hasta que estén completamente cubiertas. Es importante que adecues el tamaño del recipiente a la cantidad del macerado; si escoges un tarro demasiado grande el peligro de oxidación es mayor.
Una vez tapado el recipiente debes dejarlo en maceración durante 40 días a «sol y a sereno», tal como manda la tradición, y cada día agitar un poco la mezcla o voltearla.
Si tienes algo de prisa o no dispones de un espacio adecuado para la maceración clásica, existen otros métodos menos «ortodoxos» pero igual de efectivos.
Si tecleas en google » hacer oleatos en el lavavajillas» o » hacer oleatos en yogurtera» descubrirás el modo de hacer extractos oleosos en unos pocos días o, incluso, en solo unas horas.
Pasado el tiempo de maceración debes filtrar bien el aceite, embotellarlo en un recipiente oscuro y guardar en un lugar fresco y protegido de la luz.
Y ya está. Ya tienes listo tu aceite de Hipérico.
¿ A que estás deseando que llegue la primavera?
sumamente interesante
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